Siempre he mantenido que muchos de los que trabajamos en el ‘mundo del fútbol’ somos unos privilegiados. Y es que nos pagan por hacer lo que nos gusta, nos apasiona. Además en mi caso, he tenido la suerte de trabajar en varios países, conocer por tanto diferentes culturas y formas de laborar, enriquecerme con esas mismas experiencias y todo eso me permite, o eso creo, analizar las cosas desde varias perspectivas distintas y, a veces, distantes.
Cuando se habla de fichajes, de la forma de hacerlos, del valor de los jugadores en el mercado, de las razones por las que se compra o se vende un futbolista se aprecia en algunos un desconocimiento de la realidad que puede llegar a confundir, y gravemente, a los aficionados más o menos próximos. Por eso, trataré de exponer en este artículo mi punto de vista basado, sobre todo, en mis distintas vivencias.
Obviamente voy a procurar centrarme en aquello que fue mi competencia en un club. Es decir, la parte deportiva, la gestión en suma desde la posición de manager o entrenador según los casos.
Estructura de un club
Lo primero que se debería conocer al llegar a un nuevo club son los objetivos y los medios con los que se cuenta para conseguirlos. Para ello es fundamental analizar en profundidad la organización del mismo, su organigrama y su funcionamiento especialmente en un país distinto al tuyo.
Las reglas, el calendario, la plantilla, el personal que trabaja en el club y sus funciones, los condicionantes que existen a la hora de contratar jugadores, el entorno, la cultura, las tradiciones…, todos son datos imprescindibles que te ayudarán a tomar decisiones más acertadas. Al menos las que dependan directamente de ti.
En España o Italia existe la figura del ‘Director de Fútbol’ o el ‘Secretario Técnico’ que, en teoría, es el responsable de la contratación del propio entrenador y de confeccionar la plantilla. En la mayoría de los casos, no siempre, suele consultar con el inquilino del banquillo, pero en otros muchos casos el presidente o propietario, que hay de todo, es quien tiene la última palabra.
(Los dos gráficos son simplemente ejemplos, se pueden dar muchas más estructuras).
En Inglaterra, sin embargo, es el ‘Manager’ quien, también en teoría, tiene la responsabilidad deportiva y, por lo tanto, la capacidad de decidir a la hora de formar la plantilla.
En la práctica, ambas estructuras dependen de un presupuesto: del dinero disponible para traspasos y para salarios. Tanto el ‘Manager’, en un caso, como el entrenador, en el otro, se pueden encontrar con el incontestable hecho de que sólo pueden fichar al tercero o cuarto de la lista. Tal y como suena. Eso sí, al menos en el caso del ‘Manager’ éste confecciona su propia relación de candidatos.
Confección de la plantilla
Como responsable de la parcela técnica, tienes que decidir el modelo de juego, cómo quieres que se muestre tu equipo en el campo o, al menos, cómo te gustaría que jugase. Es importante conocer tu plantilla, charlar con los jugadores que te pueden dar información para hacerte una composición de lugar y luego tratar de completarla con futbolistas que puedan desarrollar aquello que quieres llevar a la práctica en el terreno de juego. Si no puedes hacerlo, tendrás también que adaptarte y confiar en que te apoyarán cuando haya que hacerlo.
Luego están las reglas que afectan a las contrataciones en cada país y, de una manera distinta, a equipos que jueguen competiciones internacionales o no. Hay ligas en las que es obligatorio que jueguen hasta cinco jugadores del propio país, otras en las que se limita el número de fichajes extranjeros, en otros existen los comunitarios ‘A’ o ‘B’… En fin, cada país, cada liga tiene sus peculiaridades y hay que conocerlas en profundidad y sobre todo acatarlas puntualmente antes de confeccionar la plantilla y/o retocarla.
Aquí es donde entra en funcionamiento el plan, el proyecto deportivo que, con la llegada de propietarios del mundo de los negocios al fútbol, se llama, no podía ser de otra manera, plan de negocio. Otra vez apelaré a mi propia experiencia. Cuando llegué a Italia no existía el ‘plan de negocio’. Sólo supe de su existencia el último día del mercado de fichajes, cuando me comunicaron sorpresiva y sorprendentemente que seguíamos el ‘Financial Fair Play’. Lo dejaremos ahí. En España, el diálogo continuo con los responsables del club te pone al corriente de las limitaciones económicas que tienes, por lo que sabes a qué atenerte. Aunque también me he encontrado la sorpresa del fichaje de un delantero por parte del presidente el último día de agosto porque, como nos lo cedían, salía barato.
En Inglaterra, en el Liverpool concretamente y en mis tres primeros años, tanto el presidente como el ‘Director Ejecutivo’ siempre me informaron con exactitud de las limitaciones y posibilidades que teníamos. Aunque más tarde, la estructura del club cambió y, con el tiempo, ‘plan de negocios’ era cada vez más importante que el propio proyecto deportivo a la hora de tomar decisiones.
Algo que no se debe olvidar es analizar el potencial de la cantera. El poder incorporar jugadores locales siempre supone más implicación con el club y reduce sensiblemente los costes. En Italia y España la organización depende del ‘director deportivo’ y el técnico tiene poca incidencia es su funcionamiento. Sin embargo, en Inglaterra se puede dar el caso, como ocurrió sólo en mi último año en Liverpool, de que el ‘manager’ tenga control sobre el funcionamiento del fútbol base y se pueda seguir una línea de juego similar en todos los equipos y con más continuidad. El ejemplo del Barcelona está en boca de todos actualmente. No hay mejor ejemplo ni más palpable.
Si en el fútbol base del club no hay jugadores del nivel que requiere tu equipo, hay que acudir irremediablemente al mercado.
El ‘director deportivo’ o el ‘Manager’ deben manejar un presupuesto para trasferencias y, además, considerar los salarios de los jugadores. Una buena red de observadores es necesaria e imprescindible, aunque no infalible, y en ambos casos el dinero disponible condiciona el mercado al que acudes. Los ingresos por ventas y el gasto neto son más importantes para un ‘manager’ que para un entrenador. El primero trata de asegurar el futuro del club y ganar al mismo tiempo. El segundo, tal como anda el fútbol, trata sólo de ganar y valora menos a qué precio.
Normas y organización específicas
Otro aspecto que hay que considerar es la normativa internacional. Habitualmente la llamada lista de jugadores disponibles es de veinticinco (25) para el primer equipo y en algunos países, como por ejemplo España, podías utilizar a los jugadores del filial hasta cinco (5) partidos, tras los cuales el jugador se tenía que incorporar irremisiblemente a la primera plantilla.
En Inglaterra, puedes disponer del equipo ‘Reserva’, que nosotros tratamos de nutrir de jóvenes para que cogiesen experiencia hasta que pudiesen subir al Primer Equipo. Luego tienes el equipo sub-18. Algunos de estos jugadores, especialmente cuando vienen de fuera, tienen que ser profesionales o corres el riesgo de que te los quiten otros equipos. Esto ha hecho que por ignorancia, o ‘mala fe’, se hable con frecuencia de que en mi etapa en el Liverpool fichábamos muchos jugadores cuando en realidad muchos de ellos iban a los equipos inferiores y algunos de ellos yo ni los conocía. En España, estos fichajes que van al segundo equipo o al juvenil, nunca se consideran fichajes del primer equipo. Y lo mismo ocurre en Italia.
Regla de Champions y normativa
Otra regla que, afortunadamente, siempre hemos tenido que considerar es la de jugadores locales y del país en la lista de Champions. Este número ha ido creciendo hasta quedar en cuatro (4) jugadores formados en la cantera del club y cuatro (4) formados en el país. Si han estado tres (3) años en el club antes de cumplir los veintiuno (21), se considerarían locales.
Nuevamente surgen las diferencias. Como entrenador, si puedes, planificas tu equipo y el director deportivo la plantilla. Pero como manager debes planificar el futuro del club. En el Liverpool una de nuestras prioridades al traer jugadores extranjeros era ficharlos tres años antes de que cumpliesen veintiuno (21), como hicimos con Ayala, Pacheco o Insúa. De esa manera, con la normativa existente, pasaron a ser jugadores considerados locales, con el ahorro consiguiente en traspasos y fichas, así como la posibilidad de incluirlos en la lista de la Champions. En España y en Europa en general, como entrenador, sólo tienes incidencia en la planificación de futuro si consigues triunfos y sigues varios años. De lo contrario poco puedes hacer.
Como siempre, estas son ideas surgidas de mi experiencia y buscan que el aficionado al fútbol y seguidor de nuestra web analice las cosas desde otra perspectiva, otro punto de vista que tal vez no había llegado siquiera a considerar. Últimamente me viene a la cabeza con frecuencia un pensamiento y es que, por repetir una mentira muchas veces, no tiene necesariamente que llegar a ser verdad.