Hace unos meses surgió un proyecto deportivo en mi ciudad en el cual me pedían ayuda y asesoramiento para llevar a cabo actividades deportivas. Me gusto lo que me propusieron y decidí colaborar estos meses de verano del 2015 para así matar el gusanillo de la gestión deportiva.
Pues bien, me comentaron la opción de hacer un torneo 24 horas de fútbol sala en la ciudad de Elche y si les podía redactar un proyecto para dicho evento. Me hacía especial ilusión porque desde hace tiempo venía con la idea de hacer algo parecido, así que plasmarlo en un papel no fue difícil.
Mi filosofía de trabajo siempre ha sido la de incentivar y motivar a todos los participantes, que no solo el campeón sea el protagonista de todo. De esa premisa siempre he ido trabajando para que todos sean protagonistas y en un torneo de esta índole si cabe era más complicado, pero acepte el reto.
Trace un proyecto deportivo con hasta 6.000€ en premios repartidos en diferentes categorías, dando premios a equipos locales sin jugadores federados que siempre era un handicap. Un proyecto deportivo donde haríamos sentir al jugador, a todos los equipos participantes importantes, con partidos televisados comentados (importante para patrocinadores por ejemplo), entrevistas, mini premios MVP en cada partido otorgado por un jurado con su correspondiente entrevista, reportajes, fotografías, infografías y estadísticas de equipos y jugadores, etc… un despliegue técnico importante que nunca se había visto en este tipo de torneos en la zona.
Además paralelamente se habían preparado actividades culturales, hablado con varias asociaciones y grupos de animación para dar colorido y ambiente en las gradas, junto a una zona de avituallamiento con pantallas para seguir la evolución de partidos en otros pabellones siendo la zona del polideportivo el Toscar el “Meeting Point o FunZone” del evento.
Sin duda una apuesta por el deporte amateur, amortizable y económicamente viable para haber convertido a Elche en la capital del fútbol sala en la provincia de Alicante (o quizás más lejos) durante un fin de semana… Pero algo falló.
Desde que se abrió el plazo de inscripción los organizadores me comentaban que el ritmo de equipos participantes era lento. No se estaban cumpliendo las expectativas que había generado el torneo a nivel interno. Se hizo un pequeño sondeo entre “aficionados” conocidos al fútbol sala de la ciudad y sí, muchos habían oído hablar del torneo y les apetecía ir a ver pero muy pocos participar. ¿Qué ocurría? La mayoría decía que ese torneo era de un nivel superior y no iban a participar.
En cuanto me lo comunicaron me llevé un jarrazo de agua fría. Está claro que no siempre se acierta y que de los errores se aprende, pero este para mí ha sido el palo más grande que me han dado en mucho tiempo.
Puedo entender que no se participe porque es muy caro. Incluso porque la fecha no es buena o hay otros torneos. Incluso que algunos tengan cierto rechazo hacía mi persona (a todo el mundo no se le puede caer bien). Pero que la respuesta sea que ese torneo tiene tan buena pinta que no es para ellos me duele.
¿Qué buscamos? ¿Torneos mediocres? ¿Torneos en pistas de asfalto y organizados de aquella manera? ¿Eso es lo que demanda la gente del fútbol sala en Elche? Siento rabia porque el fútbol sala es el deporte que me gusta y que se le desprecie de esta manera hace que piense que es imposible dar un paso más para crecer. El fútbol sala se está quedando estancado, superado por otros deportes como el fútbol 7 que año tras año pues se come el pastel.
Configuras un torneo en el que inviertes todo el dinero que recaudas en dar unos servicios que están muy por encima de lo que hace lo que podíamos definir como competencia pero se prefiere la mediocridad. Cuando llega ese momento lo mejor es cerrar una etapa. Y posiblemente en eso esté.
No me avergüenza decir que me he equivocado, incluso tener que pedir perdón. Lo he hecho otras veces y lo seguiré diciendo. Pero tener que rendirme a la mediocridad ante la excelencia es algo para lo que no estaba preparado. Y algunos me tacharán de chulo, prepotente o cualquier otra cosa, pero lo cierto es que siempre he luchado por el fútbol sala, por el deporte que me gusta, para aportar mi granito de arena y ayudarlo a crecer. Pero si es imposible no voy a seguir en guerras sin sentido. Triste ante la victoria de la mediocridad, yo dimito.