La verdad es que era un reto importante aplicar los conocimientos adquiridos en el mundo del deporte, en la gestión y organización, en la dirección de una PYME.
Con el paso de los días aplicando métodos deportivos a la organización de la PYME los resultados empiezan a ser óptimos. Y tan solo ha sido necesario aplicar la disposición táctica más evidente, colocar a cada uno en su sitio y dotarlos de unos mecanismos lógicos de trabajo. La organización de los trabajadores tenía la complejidad que da el planteamiento de un partido deportivo. Encontrar la motivación y buscar el objetivo común. Tan solo cambiar “Hay que dejarse la piel en el campo” por la de “Hay que venderlo todo”.
Con el crecimiento de las PYMES llega el momento de las dudas del gerente. Crecer a cualquier precio no sirve de nada si no hay detrás una organización y una estructura eficiente. Eso puede llevar a dar un mal servicio y perder clientes. También existe la opción más conservadora, no crecer más y quedarme con lo justo. Supongo que esta última, todos los que estamos relacionados con el deporte imagino que la desechamos porque siempre aspiramos a ser los mejores.
Creo que no es necesario hacer hincapié en la importancia de la figura del gestor deportivo. Hoy en día la profesionalización deportiva es tan evidente que escribir un post más sobre ello sería volver a incidir en algo ya obvio. Pero si que me gustaría indicar que los métodos deportivos se pueden aplicar a las PYMES. Esa misma gestión para organizar, promocionar y dar visibilidad a un Club Deportivo puede llevarse a cabo en cualquier pequeña y mediana empresa. Hablando en términos deportivos, es cuestión de aplicar la táctica correcta para salir a ganar el partido… ¡Para venderlo todo!