En un mundo donde el deporte de élite es el espejo de cientos, de miles, quizás de millones de personas pretender trasladar ese “espejo”, ese modelo al deporte amateur quizás se antoja demasiado pretencioso y ambicioso. Quizás…
¿Qué se necesita para convertir a un deportista amateur en toda una estrella? Evidentemente no hablamos de una estrella mundial, con sus contratos millonarios, sus millones de fans, las marcas rifándose para sus spots publicitarios… Pero ¿Podemos hacer que sientan algo parecido?
Siempre he pensado que en el deporte, en el negocio del deporte, lo fácil es hacer que la maquinaria de Messi, de Cristiano Ronaldo, de Bolt funcione… Ganan y generan. Lo complicado está en hacer funcionar un equipo de segunda división, más aún uno de tercera, y más aún que lo anterior deportes semiprofesionales o amateur. Por suerte cada día hay más ejemplos de clubes que apuestan por crear, por introducir el marketing deportivo en su día a día porque se han dado cuenta de los beneficios que genera. No es solo que el patrocinador esté contento, es un “engagement” con aficionados que alimentan toda una bola de consumismo hacía el Club. Lejos han quedado aquellos comentarios de “somos tal Club, el que quiera venir que pague y venga”. Ahora no, ahora como buen comercial hay que cuidar al consumidor, ofrecerles un producto atractivo, hacerles un seguimiento, venderles lo que quieren consumir, y seguir cuidándolos después de la venta. Los clubes venden deporte, y como tal, hay que saber venderlo.
Vivo la realidad de la gestión de una liga amateur de un deporte semiprofesional, muy practicado, pero que quizás está viviendo su momento de crisis. Posiblemente sea uno de los años más difíciles por el número de equipos, es posible que se roce el mínimo de equipos en los últimos treinta años. La apuesta es clara por buscar un punto de inflexión, un cambio en la tendencia y que la gente quiera volver a practicar este deporte, en esta liga. Y para ello la estrategia es bien clara, que vivan la liga como si fueran profesionales. Imagen, vídeo, reportajes, redes sociales, profesionalizar la comunicación, crear una red de patrocinadores que apuesten por la competición… Mucho trabajo para que hasta el más modesto de los equipos y sus jugadores sientan que esto es especial. Creo de verdad que se puede vivir el deporte amateur como una experiencia profesional, diferente y emocionante que consiga hacer consumidores de esta a liga a todos ellos. Queda mucho trabajo por delante pero sabemos en que “espejo” queremos mirarnos. ¡Atentos que daremos que hablar!