Llevo unos meses colaborando con un club deportivo de base en la ciudad de Elche. Y tras este tiempo empiezo a conocer los entresijos que forman esta “macro-comunidad” de personas que conforman el Club para darme cuenta de lo difícil que es gestionar.
La mayoría pensamos en un Club como algo que se cuece de sábado a sábado. Vamos al partido y disfrutamos de la competición. Pero para que eso ocurra hay todo un trabajo detrás que muchas veces para los gestores de clubes es poco gratificante y complicado de llevar a cabo.
Por experiencias propias vividas lo que llega al gestor del Club son las críticas y quejas. El trabajo considerado normal en el funcionamiento de una entidad nunca es valorado. Para eso cobran pensarán la mayoría, cuando muchas veces no se recibe un euro o las horas dedicadas, el esfuerzo y la implicación no son suficiente con la pequeña aportación recibida.
Pero como alguna vez me han repetido, “como te gusta no pasa nada”.
Para gestionar un Club además de tener buenas herramientas de trabajo necesitas rodearte de gente de confianza. El gestor no puede abarcar todo, no puede ver ni estar en todos los sitios. Con el paso del tiempo si la entidad crece y crece hace que no tener confianza en la gente que te rodea para comunicarte el normal funcionamiento de la entidad puede hacer que todo se derrumbe por muy bueno que seas.
La confianza es importantísima. Que todos los que conforman el entramado de la entidad vayan por el mismo camino, por el que marca el Club.
Si hay perdida de confianza entre el gestor de la entidad con los trabajadores o colaboradores, o viceversa, con casi total seguridad el proyecto deportivo no llegue a realizarse.
Desarrollar una vía de comunicación es fundamental. Al igual que lo es el feedback. Si se consigue crear un buen ambiente de trabajo, donde el grupo tenga la confianza de transmitir los problemas o las cosas que no se hacen bien, así como introducir mejoras teniendo la certeza de que si son buenas ideas el gestor del Club las adoptará es algo necesario para el funcionamiento de la entidad en estos tiempos. Se acabaron los tiempos despóticos donde el que tenía la “pasta” hacía y deshacía. Todos sabemos como han acabado la mayoría de esos clubes o entidades. Hoy se busca formar esa “macro-comunidad”, donde el gestor es el primero en ponerse a trabajar pero con ayuda de los trabajadores / colaboradores, entrenadores, los propios jugadores, padres, familiares y socios / aficionados. Todos juntos forman el entramado actual de un Club / Entidad, todos ellos son un ecosistema complejo donde la confianza en el trabajo es primordial.