VOX es el enemigo a batir por la izquierda y por la derecha acomplejada en España. Que la izquierda quiera acabar con VOX es normal, temen por sus chiringuitos y sus historias para seguir viviendo a cuerpo de rey a costa del erario público. El partido que lidera Santiago Abacal es el único partido que les ha advertido que va a hacerlo y lo hace con el aval de haber reducido las aportaciones a sindicatos y patronal en Castilla-León a la mitad. Eso duele, duele a los paniaguados, pero duele también al Partido Popular cuyas promesas valen menos que el papel donde están escritas. Hagan memoria: ¿Se acuerdan del IVA qué subía de manera temporal? Hagan memoria y verán como son muchas las promesas incumplidas. En el fondo PP y PSOE no son muy diferentes, ustedes lo saben y yo también.
Pero seamos justos, no nos vayamos tan lejos. Miren: Santa Pola. Después de las últimas elecciones el PP necesitó los votos de VOX para que Loreto Serrano fuera alcaldesa. En ese tiempo, mi compañera de partido, la concejal de la formación de Santiago Abascal, Mireia Moya (no confundan con la otra Mollà) consiguió que se eliminaran las aportaciones municipales a los grupos políticos. El sueño del cambio en Santa Pola duró lo que tardaron en caer una tras otra las voluntades de concejales de Ciudadanos para dejar el partido naranja y convertirse en “tontitos útiles” del Partido Popular. El PP ya no necesita a VOX en Santa Pola, consecuencia: el cambio ya no fue tal, podría gobernar el PSOE y nadie notaría la diferencia.
¿Ha cambiado algo en el Ayuntamiento de Alicante con el PP y los “tontitos” de Ciudadanos? No, entre Barcala y Echavarri tan sólo hay unos contratos troceados. ¿Creen qué cambiará algo en Elche con Pablo Ruz en la Alcaldía sin que nadie lo ponga en su sitio? ¿Les recuerdo cómo cuándo fue concejal de cultura (de aquella manera) y cómo compañeros desde hacienda o la propia concejalía de cultura tenían que deshacer sus mil y un entuertos? Hay quien dirá que ha madurado, pero también los hay quienes aseguran que la cabra tira al monte… y que con Pablo Ruz no llegará el cambio a Elche. En verdad no hace falta que se crean mis palabras ¿Recuerdan qué ocurrió cuando gobernó el PP? Siendo justos, ciertamente se notó mejoría precisamente en las concejalías donde gobernaron esos mal llamados díscolos y que el tiempo ha demostrado que eran los que de verdad creían en el cambio real que inspiraba la derecha ilicitana. ¿Los otros? Pelotas de Mercedes Alonso que hicieron que la derecha perdiera la alcaldía y que a la postre la traicionaron. Coincidirán conmigo también como es curioso que el tiempo pone poco a poco a la gente en su sitio.
Perdonen que me haya extendido en ese asunto, pero cada vez que pregunto y me cuentan, alucino un poco más. ¿Conocen la expresión esa de quítate tú que me pongo yo? o aquella otra del cambio para que nada cambie. ¿Recuerdan cómo Mariano Rajoy nos falló? Dijo una cosa e hizo lo contrario, ¿Recuerdan a Pedro Sánchez diciendo una cosa y haciendo la contraria? Son dos caras de la misma moneda. Feijóo juega en la ambigüedad para que después no le puedan sacar los colores como a su compatriota Mariano, Ruz juega con esa misma ambigüedad y está prometiendo hacer tantas cosas como Carlos González desde el PSOE. Les propongo que hagan una lista con promesas de uno y otro y verán que cuesta diferenciarlas. Si ustedes no quieren cambio, ya saben, Carlos es su hombre, si ustedes quieren un cambio para que nada cambie, Ruz es su persona, pero si creen que Elche puede ser otra cosa, si creen que si cambiamos las cosas podemos mejorar, si creen que la honradez y la transparencia son fundamentales en la acción política, entonces, acudan a VOX. Es bien sencillo, #SoloQuedaVOX.