Hace unos días nos visitó en Radio Intereconomía provincia de Alicante, en nuestro programa Crucemos el Rubicón la presidenta de Elche Piensa, Ester Martínez. Hablamos de proyectos, de presente y de futuro, pero por encima de todo me sorprendió su actitud ante la vida, una actitud muy reveladora. El inconformismo, el no bajar los brazos, el no rendirse, el superar la crítica y pasar a la acción, el dejar de quejarse y ver que cosas puedes hacer tú como individuo para la sociedad. Superar el “es lo que hay”, “son todos iguales” o “es lo que tenemos”. Esta entrevista me dio que pensar ¿Cómo lo haría yo, Rubén Maestre, para solucionar muchos de los problemas que aparecen casi diariamente y de los que hablamos en Crucemos el Rubicón? Y he decidido hacer ese ejercicio a ver que tal se me da.
La polémica de este fin de semana está servida de nuevo entre PP y PSOE, dos caras de la misma moneda. Tu más, que no, que tú más, que no, que tú un poco más, no lo veas así que tú más, y tú un poco más… y así podrían tirarse hasta el siguiente problema, y otro, y el otro, y más, y más, más, más…
Como les decía, este fin de semana la polémica está en la noche de San Juan. El Ayuntamiento de Elche, su gobierno (social-comunista-nacionalista), ha decidido prohibir la celebración de la noche de San Juan en las playas ilicitanas. Alguno me dirá que no lo prohibieron porque se podía ir. Y sí, podías ir a la playa, pero no a celebrar la noche de San Juan, podías ir a la playa igual que vas cualquier otra noche del año, pero no a celebrar una de nuestras tradiciones.
Así que el Partido Popular de Elche no perdió la ocasión de criticar: “Un año más las malas decisiones de Ramón Abad y Carlos González, perjudican la imagen turística de la ciudad” (declaraciones de Inma Mora) y el PSOE de Elche tampoco ha perdido la ocasión de entrar al trapo: “El PP de Elche se abraza al populismo y ya le da todo igual, ha perdido la orientación de gobierno y reparte a derecha e izquierda perdiendo toda la visión de la responsabilidad” (declaraciones de Ramón Abad). Y tú más… hasta el infinito en este teatrillo en el que han convertido la política.
Me he aplicado y me he remangado (figurativamente porque en verano ya saben, hace calor, no hace falta que venga LA SEXTA a decirles el calor que hace), he cogido papel y un boli BIC (esto si es literal, me encanta el trazo del boli BIC, soy un tradicional que se le va a hacer) y he comenzado a pensar que haría siguiendo el ejemplo de Ester Martínez para este hecho en concreto, esta celebración de la Noche de San Juan.
¿Cómo lo gestionaría?
Lo primero, lo hubiese presupuestado ¿Qué? Evidentemente la noche de San Juan es una fiesta, es una tradición y se repite todos los años. En el 2023 volveremos a celebrar la noche de San Juan. En el 2024 también. En el 2030 aunque seamos ciudad verde también lo volveremos a celebrar. Igual que se celebró antes de la pandemia. Es algo que ya se sabe que se va a celebrar, por lo tanto, es de buen gestor dotar esa noche de un presupuesto, porque evidentemente cualquier evento requiere de presupuesto. Seguridad, sanitarios, limpieza, coordinación, logística… todo eso hay que dotarlo de presupuesto. Porque esto vale dinero. Organizar un evento cuesta dinero. Por lo tanto hay que presupuestarlo. Para presupuestar te tienes que anticipar y preparar, pero vamos, en esto no hay mucha sorpresa, porque como sabemos todos la noche de San Juan SIEMPRE cae el 23 de junio, incluso en año bisiesto.
En segundo lugar, yo nunca hubiese prohibido una celebración. Creo que todos somos mayorcitos y tenemos bastante sentido común para saber lo que está bien y lo que está mal. Y si alguien no lo tiene claro, existen formas para que sea más consciente de ello. Pero no se puede prohibir, no se debe. Es un error. Parece que en la pandemia, algunos en el bipartidismo le han cogido el gusto a prohibir y obligar. Y eso es un disparate. No es democracia.
¿El argumento para prohibir es que en el pasado hubo algún incidente? ¿Por qué ha habido 30 o 100 o 1000 coma etílicos? ¿Por qué hay gente guarra que deja basura en la playa? ¿Por qué siempre hay algún tonto que la lía? ¿Ese es el motivo para prohibir? Es decir ¿El gobierno del PSOE y COMPROMÍS en la ciudad de Elche se han erigido, al estilo de la película Minority Report de Tom Cruise, en guardianes de futuros actos “incívicos” que quizás podemos o no realizar en un futuro inmediato? ¿El equipo de gobierno de la ciudad de Elche son una especie de departamento especializado contra el crimen? ¿Se llaman como en Minority Report, PreCrimen? Entiendo que si no han visto la película igual andan un poco perdidos, pero básicamente lo que han hecho es prohibir la celebración de la noche de San Juan para salvarnos de posibles actos incívicos que podamos cometer. Quizás alguno piense que deberíamos darles las gracias por protegernos de nuestros crímenes futuro…
De verdad, si los gobiernos, dan igual el color que tengan, empiezan a decirnos como debemos vivir, no es libertad, es una dictadura. Así de duro. Y que nadie se equivoque, si hace 3 años, 4 o 8 años, me da igual, hubieron problemas es muy posiblemente porque el Ayuntamiento en su momento no hizo lo que tenía que hacer, no presupuesto la noche de San Juan, no trabajo debidamente en la seguridad, protección, limpieza y organización de una de nuestras fiestas y tradiciones. Las verdades duelen, echar la culpa a los demás de tu mala gestión es lo más viejo del mundo.
Además del presupuesto hay que hacer un equipo de trabajo. Hay que coordinarse con la policía, con los servicios de limpieza, con protección civil y con servicios sanitarios. Ver que hacen en otros municipios, en otras playas. Incluso preguntarles a otros alcaldes y concejales si tienen más experiencia haciéndolo, que nadie nace enseñado y no eres peor por ello ¿Es qué en Santa Pola los políticos están locos celebrando la noche de San Juan? ¿Y en Alicante o Barcelona son unos descerebrados? Insisto, porque haya habido un año en el que no salió todo lo bien que debía salir ¿Hay que prohibir? ¿Qué van a ocurrir incidentes? Es posible, pero ahí entra la coordinación con los servicios de emergencia y la policía, es decir, tu gestión como ayuntamiento. Es muy cómodo estar en el sofá durante las semanas previas a la celebración de la noche de San Juan, o cualquier otro evento. Claro, es muy cómodo prohibir, es lo más fácil. Es muy cómodo irte a dormir pronto la noche de San Juan porque tus playas están vacías por culpa de tus prohibiciones y restricciones de acceso. Y además te levantas por la mañana diciendo que limpias están tus playas. Hay que tener mucha cara para tomarnos por tontos después de prohibirnos celebrar la noche de San Juan. Porque insisto, la noche de San Juan es la noche de San Juan, no es la noche que el ayuntamiento totalitario decida que sea, porque si hay algo que seguro que aún no pueden quitarnos son nuestras fiestas y tradiciones, aunque ya estamos viendo que van a ir a por ellas.
De verdad, yo no hubiese prohibido la noche de San Juan si estuviese en el lugar de nuestros políticos. Les he ido contando alguna de las cosas de como hubiese procedido. No sé gobierna prohibiendo, no sé gobierna quitándose la responsabilidad. Pero tampoco se es alternativa de gobierno si criticas por criticar sin poner encima de la mesa más alternativa que tu propio grito.
Quizás es más cómodo estar en el sofá las semanas previas y dormir a pierna suelta la noche de San Juan. Pero para eso haber elegido otra profesión. Los políticos están para estas cosas, para coordinar y estar al pie del cañón en una celebración tan importante en nuestra tierra. Otras ciudades han demostrado que se puede hacer. Otras ciudades han prohibido y hoy viven el malestar de sus ciudadanos, como Elche. No queremos políticos que nos digan como tenemos que vivir, que tenemos que celebrar y que no, que si tenemos que comer gusanos o chuletones, que si debemos vender nuestros coches y coger la bicicleta, que si… déjennos en paz, déjennos vivir como nos de la gana. Normas por supuesto. Sentido común. Concienciación. Educación. Y en última instancia justicia si fuese necesario. Pero no nos prohíban nuestras tradiciones. No nos prohíban nuestro estilo de vida. Porque les vamos a mandar al rincón de pensar en las próximas elecciones. Avisados quedan.